La octava línea de investigación, La ecocrítica y la representación del paisaje en la literatura, está coordinada por José Manuel Marrero Henríquez, y participan también en ella, ocasionalmente, Germán Santana Henríquez, Antonio Martín Rodríguez, Mónica Martínez Sariego y Belén González Morales. Su objeto, que se ha sustanciado en 5 libros, 5 artículos en revista, 1 artículo de revisión, 15 capítulos de libros y 19 participaciones en congresos, es, en primer lugar, la investigación sobre la evolución de la representación paisajística en la literatura y su análisis e interpretación. Pero la ecocrítica es también una búsqueda de interpretaciones alternativas, fundamentadas en los hechos naturales y en las condiciones de la biosfera sin las cuales ni la vida humana ni las letras humanas podrían existir; enfrenta la clara separación que la estética romántica de lo sublime estableció entre los ámbitos de lo humano y de lo no humano en una relación de poder asimétrica (hombre y naturaleza, civilización y barbarie, lector y texto); corrige la ilusión de que de alguna manera podemos desembarazarnos del pasado y retornar a la tabula rasa que supuestamente existía antes de que los seres humanos dejaran sus primeras huellas en el mundo; se pregunta si la otredad de la naturaleza podría ser teorizada evitando la oposición jerárquica binaria en que se incluye y que invariablemente valida y enaltece al sujeto perceptor; reduce su horizonte hermenéutico al medio finito que un lector o un escritor ocupa en virtud no sólo de determinantes culturales codificados sino también en virtud de los determinantes naturales que a ellos preceden y a ellos sucederán y termina por desmantelar los principios postestructuralistas que han suplantado el rico mundo de la experiencia real por un juego débil y enfermizo de funciones lingüísticas autorreflexivas. Estas consideraciones de actualidad deben servir, en todo caso, para enriquecer la investigación sobre la evolución de la representación paisajística en la literatura y su análisis e interpretación.

Los principales resultados de la línea son las ediciones de dos obras de uno de los pioneros de la ecología en nuestro país, Francisco González Díaz: Árboles. Una campaña periodística (1906) y Cultura y turismo (1910), autor al que se han dedicado, además, diversos artículos; dos monografías en que se recogen las contribuciones a sendos coloquios sobre ecocrítica celebrados en el Gabinete Literario de Las Palmas (Pasajes y paisajes: espacios de vida, espacios de cultura y Lecturas del paisaje) y una rica antología de la representación del paisaje en nuestra literatura. Entre los temas que han constituido, además, objeto de nuestra investigación, podemos citar los siguientes: la crítica como refugio (animales, plantas y enclaves literarios en peligro de extinción); la lectura del paisaje, lecturas marginales y escenarios canónicos; usos y abusos del paraíso; el paisaje, espejo de la política; calentamiento global, conciencia ecológica y paisaje literario; del turista textual al lector ecológico; literatura y turismo; política territorial y literatura; ecocrítica e hispanismo; la crítica literaria entre la biosfera y la semiosfera; espacio literario y textura urbana; narrativas de la catástrofe y paranoia global… El tema de la insularidad ha dado también lugar a una serie de interesantes desarrollos: insularidad y globalización, el espacio insular como paradigma cognitivo, aproximaciones a una poética de la insularidad indioceánica… Una perspectiva, en fin, eminentemente diacrónica motiva los análisis elaborados sobre los cataclismos en la literatura griega, los paisajes reales y los escenarios fantásticos en las Historias verdaderas de Luciano, la relación entre violencia y paisaje en la literatura latina, la configuración del paisaje en las crónicas de la conquista de Canarias, la configuración de una poética atlántica en Silvestre de Balboa, la metaforización del espacio poético en Cairasco…