Investigan en este campo Carmen Márquez (responsable) y Elisa González.

Tiene como objetivo principal estudiar el teatro desde su doble naturaleza, como texto literario y como espectáculo, para mostrar de un modo abarcador un género al que no se dedica demasiado espacio en los ámbitos universitarios, quizá porque sus estudios prácticos no están en España ligados a la Universidad.

Debido a que se estudia tanto la producción de España como la de Hispanoamérica, se ha acotado, al menos hasta el momento, al periodo contemporáneo, es decir, desde finales del siglo XIX hasta los inicios de este nuevo milenio. Si bien es cierto que se dedica una especial atención a lo rigurosamente contemporáneo, a saber, el teatro que se produce en estos momentos y que está en la línea de lo experimental y performativo.

1. En Isidora Aguirre: entre la historia y el compromiso (coord. y edic. Carmen Márquez 2008), se hace una completa y abarcadora revisión de la obra de la dramaturga chilena más interesante del siglo XX y una de las más representativas del ámbito hispano. Para logarlo se ha solicitado la colaboración de catorce expertos de universidades españolas, hispanoamericanas, europeas y estadounidenses. A los artículos se han sumado fotografías de la autora y sus montajes, así como carteles y programas de mano de las representaciones, además de algunas críticas de prensa, para con ello presentar esa doble vida del teatro, como texto y como espectáculo. Para insistir en este sentido se ha incluido un anexo en el que se ha detallado la vida textual de las piezas (ediciones) y la espectacular (montajes). En el citado anexo se ha incluido también una extensa entrevista y la edición de uno de sus textos que permanecía inédito hasta el momento.

2. En «Teatro y ritualidad» (en José Antonio Sánchez, ed., 2006, Artes de la escena y de la acción es España: 1978-2002), se estudia cómo el teatro español ha intentado desde la década del sesenta recuperar esa ritualidad primigenia que fue perdiendo a lo largo de los siglos. Esta realidad se constata en dramaturgos, directores y grupos que son la punta de lanza de la escena y que se caracterizan por la investigación continuada en sus creaciones. Para ejemplificarlo se ha realizado un seguimiento de los creadores escénicos desde la década del sesenta hasta inicios del siglo XXI, y se menciona el modo en que utilizan lo ritual, hasta extraer la conclusión de que, en efecto, se toman elementos de ritos sagrados y profanos y el artista se convierte en una suerte de vidente que revela otra realidad al espectador, del que se solicita no la mera contemplación, sino su participación en esa suerte de ceremonia iniciática que se le propone. Se trata de un intento de devolver al hombre a su concepción primigenia, reintegrándolo en lo telúrico y espiritual que tan olvidado estaba en Occidente.

3. En «Don Quijote en la escena hispanoamericana» (Carmen Márquez 2005, ADE-Teatro), se constata cómo el personaje de la obra de Cervantes se convierte en Hispanoamérica, al igual que en España, desde que aparece la primera parte de la obra, en el detentador de todos los grandes ideales. A través del recorrido de las versiones escénicas que se realizan, desde la primera documentada de Paussa en 1607 hasta las conmemorativas de 2005, se aprecia cómo el creador de América Latina ha captado el modo en que don Quijote ve una sociedad nueva y ha tratado de adecuarlo a sus propias realidades, y, desde su acervo, ha reconvertido y dado una nueva valoración, escénica en este caso, a los del proteico personaje cervantino, que puede morir, pero será para renacer con nuevos bríos, incólume siempre en su fe, “a pesar de las pedradas, mojicones y derrotas” y propiciando nuevas victorias póstumas.